La dieta es el conjunto de alimentos de los que se alimenta una especie de manera habitual.
¿Qué son las dietas de prescripción veterinaria?
Una dieta de prescripción veterinaria contiene unos nutrientes específicos para una patología determinada.
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Formulada por veterinarios o expertos en nutrición.
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Su finalidad es ayudar al tratamiento médico a estabilizar o curar una enfermedad.
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Siempre se basa en las necesidades nutricionales de la especie a la que está dirigida. A partir de ahí ya se modifica su composición dependiendo de la enfermedad a la que esté destinada.
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Son individualizadas, es decir, se recomiendan para un animal según su diagnóstico. Si convive con otros animales se recomienda consultar al veterinario si pueden alimentarse de la misma dieta.
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Pueden ser temporales o crónicas.
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Siempre hay que vigilar que nuestro perro o gato tome la cantidad necesaria. Por ejemplo, las dietas destinadas a enfermedades renales o hepáticas suelen ser menos palatables o apetecibles que el resto. Si nuestra mascota come menos de lo que debería puede ser contraproducente.
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Se presentan habitualmente en formato seco y húmedo.
¿Cuáles son las dietas de prescripción más utilizadas?
Algunas de las enfermedades en las que se recomiendan dietas de prescripción son:
Problemas gastrointestinales
En estos casos se suelen utilizar dietas con alimentos fácilmente digestibles y palatables. Si pensamos que el aparato digestivo suele estar dañado, la dieta hará que la digestión sea mucho menos laboriosa y los nutrientes se aprovechen mejor.
Cristales en orina o formación de cálculos
La dieta cambia la acidez de la orina para evitar que se formen estos acúmulos de mineral. En estas dietas el contenido en proteína es mayor que en hidratos, ya que estos últimos hacen que la orina sea más alcalina (en esta condición es más fácil que se formen los cristales).
Estos problemas son mucho más frecuentes en el gato y la alimentación a base de dieta es crónica. Si la retiramos, provocaremos la formación de cristales de nuevo.
Diabetes
La dieta debe ser rica en fibra, proteína y carbohidratos complejos para que la glucosa se vaya liberando lentamente a la sangre y se controlen mejor los niveles de la misma.
Enfermedad renal
La dieta tendrá una cantidad moderada de proteína de alta calidad. Suelen ser dietas bajas en sodio.
Enfermedad hepática
La dieta será pobre en grasas y rica en proteína de alta calidad.
Alergias
En este caso, las proteínas que se suelen utilizar son de pescado por su contenido en ácidos grasos o “proteínas raras” que no se suelen encontrar en otras dietas. En vez de utilizar pollo o pavo como fuente de proteína, se suele usar salmón o soja.
También se pueden basar en proteínas hidrolizadas, los alimentos se descomponen en fragmentos muy pequeños y el organismo no los reconoce de igual manera.
Obesidad
La dieta de prescripción será baja en grasas y rica en fibra para aportar un efecto saciante.
¿Cuándo optar por una dieta vegetariana para un perro o gato?
Gran parte de las personas vegetarianas que tienen perro o gato, éticamente, quieren que estos se alimenten igual que ellos. En las clínicas veterinarias cada vez nos encontramos con más propietarios que desean que su perro o gato tenga una dieta vegetariana.
Dieta vegetariana para perros o gatos: ¿es recomendable?
Las dietas vegetarianas no se consideran de prescripción como tal, ya que no se recomiendan para una patología. Si nuestra mascota es alérgica o intolerante a la proteína animal se suele recomendar dietas hipoalergénicas o hidrolizadas antes que las vegetarianas.
En el caso del perro, existiría la posibilidad de adaptación a una dieta formada por vegetales ya que es omnívoro. En el caso de gato esto es más difícil, ya que son carnívoros. Por esta razón, en el gato no se recomienda en absoluto la alimentación vegetariana. En un perro sano no habría inconveniente.
Si quisiéramos que nuestro perro tomara una alimentación vegetariana debería ser correctamente suplementada. Al alimentarse solamente de vegetales tendrá carencias en aminoácidos esenciales y otros nutrientes.
Los veterinarios no solemos recomendar este tipo de alimentación ya que:
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A largo plazo, una alimentación inadecuada y no equilibrada puede provocar problemas hepáticos entre otros.
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Las dietas vegetarianas suelen ser menos palatables para ellos ya que no tienen carne.
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Aunque cada vez están mejor formuladas, estas dietas tienen que estar muy bien suplementadas para que no produzcan carencias en nuestra mascota.
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Hay alternativas a las dietas vegetarianas, como dietas vegetales con una pequeña proporción de carne o pescado para salvar las carencias nutricionales y aumentar el sabor.
No debemos alimentar a nuestra mascota con una dieta de prescripción sin que nos lo recomiende un veterinario. Para ello, deberá realizar un diagnóstico de la enfermedad que padece mediante pruebas como analíticas y pruebas de imagen.
Por ejemplo, si alimentamos un cachorro con una dieta renal, al ser baja en proteína, podemos provocarle problemas de crecimiento.
En la mayor parte de los casos, la dieta acompaña a un tratamiento. Se recomienda un seguimiento de la enfermedad cada cierto tiempo para saber si la dieta está siendo o no efectiva.
Si hay varias patologías o enfermedades juntas se debe priorizar o mezclar varias dietas de prescripción.