El vómito es un signo frecuente en gatos que se manifiesta a través de una expulsión activa de contenido líquido o sólido proveniente del estómago o primera porción del intestino delgado.
Entonces, ¿por qué mi gato vomita amarillo? Pues, lo cierto es que existen diferentes causas por las que puede presentarse líquido amarillo en los gatos.
¿Por qué mi gato vomita amarillo?
El vómito puede contener alimento, ser líquido y/o tornarse de color amarillo o verde debido a que puede estar mezclado con bilis y jugos gástricos.
La bilis es una sustancia sintetizada por el hígado y almacenada en la vesícula biliar que posteriormente es secretada hacia la primera porción del intestino delgado. Una vez allí, ayudará sobre todo a la digestión de las grasas contenidas en el alimento.
Principales causas del vómito amarillo en gatos
El vómito amarillo en los gatos no es un signo exclusivo de una sola enfermedad.
Aunque por lo general se puede vincular con una enfermedad gástrica, el vómito amarillo puede estar asociado a diferentes patologías, no necesariamente dentro del tracto digestivo.
Para establecer la causa del vómito, es necesaria la evaluación clínica y personalizada del animal, conocer sus hábitos de alimentación, ambiente, antecedentes clínicos o enfermedades previas.
Edad del felino
La edad del gato también puede estar relacionada con alguna de las causas que provocan vómito amarillo.
Los felinos de corta edad suelen presentar vómito por diversas causas, como:
- Parasitosis gastrointestinales.
- Enfermedad viral.
- Enfermedad bacteriana.
- Obstrucción intestinal.
- Intoxicación, envenenamiento.
- Intolerancia o alergia alimentaria.
- Sobrealimentación.
Por su parte, los felinos de mediana a edad avanzada pueden manifestar, además de las anteriores, patologías como:
- Enfermedad hepática.
- Enfermedad renal.
- Hipertiroidismo.
- Hiperadrenocortisismo.
- Pancreatitis.
- Enfermedad inflamatoria intestinal.
- Neoplasias gastrointestinales.
- Enfermedad vestibular.
- Otras.
Ayuno prolongado
Llevar horas sin comer es una causa de vómito amarillo en gatos. Cuando el animal pasa muchas horas sin alimentarse, la bilis es liberada de la vesícula biliar hacia la primera porción del intestino.
Si el gato no come, este líquido, junto con los jugos gástricos del estómago, irrita e inflama la mucosa gastrointestinal, lo que activa el mecanismo del vómito como método de defensa para eliminar los líquidos corrosivos.
Bolas de pelo
Al acicalarse, los felinos ingieren pelo muerto que pasa hacia el estómago formando una bola de pelo que, en conjunto con los jugos gástricos y la bilis, serán expulsados por medio del vómito.
Si tu gato vomita bolas de pelo con frecuencia, no dudes en acudir a tu veterinario y preguntar por pastas o snacks que eviten su formación.
Gastritis aguda
La ingestión de alimento en mal estado, alimentos irritantes, plantas o medicamentos pueden llegar a producir inflamación de la mucosa estomacal y, con ello, vómito amarillo.
Estrés
Los felinos son una especie que puede sufrir de estrés fácilmente y con ello desarrollar problemas digestivos donde el vómito amarillo sea una constante.
¿Qué hacer si mi gato vomita amarillo?
Vomitar puede provocar deshidratación por pérdida de líquidos y electrolitos, así como la probabilidad que se desarrollen neumonías por aspiración.
Acudir al veterinario para atender este padecimiento, ya sea crónico o agudo, es crucial para dar con el diagnóstico y tratamiento más oportuno para la salud de tu felino.
¿Cómo evitar que mi gato vomite bilis?
Es recomendable evitar que tu gato ayune prolongadamente.
Los gatos, por sus características anatómicas, genéticas y conductuales, son animales considerados consumidores intermitentes, dado que tienden a hacer de 10 a 20 comidas pequeñas al día. Esto se debe a su digestión sumamente rápida, a diferencia del perro u otros animales.
Otra posibilidad si tu gato vomita amarillo es proporcionarle su ración total diaria de alimento de una sola vez y dejarla a disposición su a lo largo del día.
Todo dependerá del hábito del animal y de cómo reaccione al cambio. ¡Pregunta en tu clínica!