¿Pueden comer polenta los perros? Para los aficionados a la comida italiana, está la buena noticia de que existen cientos de platos tradicionales de Italia que se pueden compartir con los perros.
Compartir algo con un perro es sin duda un acto de buena voluntad y afecto, pero debe hacerse con responsabilidad, sobre todo cuando se trata de comida.
¿La polenta es buena para el perro?
Dar polenta a los perros tiene aspectos positivos y negativos. A menudo, los alimentos que se llevan a la mesa pueden mejorar significativamente la salud de los canes o empeorarla drásticamente.
Lo ideal es, en la mayoría de los casos, encontrar un punto intermedio.
Un plato como la polenta, tiene pocos ingredientes, pero una rica variedad de componentes nutricionales. Entender cuáles son buenos para un perro y cuáles no, será la base necesaria para decidir si los perros pueden comer polenta y cuánta.
Los nutrientes de la polenta
El principal componente de la polenta es el maíz. Este cereal contiene innumerables nutrientes esenciales para el bienestar de quienes lo consumen, entre los que destacan
- potasio
- calcio
- magnesio
- fósforo
- sodio
- hierro
- selenio.
También tiene un alto contenido en vitaminas, concretamente del grupo A y algunas del grupo B.
Los ingredientes "nocivos" de la polenta
Los porcentajes de los constituyentes del maíz (y, por tanto, de la polenta) nos dan una información nutricional importante: el maíz tiene 2 g de fibra, 9,2 g de proteínas y 3,8 g de lípidos.
Sin embargo, el enemigo número uno del perro es sólo uno: el almidón.
Este carbohidrato está presente en grandes cantidades en la polenta y no suele recomendarse en dietas en dosis elevadas.
¿Los perros pueden comer polenta?
Esto porque no contiene ningún ingrediente tóxico para los canes, pero puede tener distintos efectos en cada perro dependiendo de su estado de salud individual.
Cuando se decide dar un alimento humano a un perro, una cosa sobre todo ayuda a evitar problemas: la cantidad.
Es bien sabido que aunque pueden comer polenta los perros, tampoco es bueno que sea mucha. Cuando se trata de polenta para perros, no hay más remedio que dosificar el alimento lo mejor posible.
A veces ocurre que por exceso de generosidad, o por algún robo de parte del can, acaba consumiendo demasiada comida humana. En ese caso, ¿qué pasa con la polenta?
La bioquímica de los carbohidratos
Como ya se ha dicho en repetidas ocasiones, la harina de maíz es el ingrediente principal de la polenta y, por su constitución, contiene grandes cantidades de hidratos de carbono.
Los carbohidratos complejos se dividen a su vez en almidones y fibras y se digieren más lentamente que los simples.
Los almidones deben ser descompuestos por enzimas producidas por el páncreas y las paredes intestinales antes de ser absorbidos y utilizados por el perro.
El índice glucémico (IG) es la velocidad a la que los carbohidratos se absorben en el torrente sanguíneo y, en general, es menor para los alimentos que contienen carbohidratos complejos. Esto significa que los almidones son más difíciles de digerir y metabolizar.
Proteínas e hidratos de carbono: ¿por qué equilibrarlos?
Los carbohidratos son una excelente fuente de energía para el organismo, y unos niveles óptimos de carbohidratos digeribles en la dieta sirven para evitar que las proteínas se utilicen como fuente de energía.
De hecho, las proteínas tienen sobre todo una función estructural, es decir, son los "ladrillos" del cuerpo del perro, una función que solo tienen las proteínas, no las demás fuentes de energía (como las grasas y los carbohidratos).
¿En qué dosis debe administrarse polenta a los perros?
Dar polenta a los perros debe ser siempre como una excepción, una situación esporádica.
En definitiva, la cantidad de polenta que se puede dar al perro depende de cada can, pues varía según su estado de salud.
¿Es mala la polenta para los perros?
Una de las piedras angulares de la nutrición de los animales de compañía es la digestibilidad.
Todas las dietas industriales (secas o húmedas) buscan una composición sabrosa, digestible, nutritiva e hipoalergénica. A la hora de elaborar un plan dietético para un perro, hay que basarse en primer lugar en la salud del tracto gastrointestinal.
El primer paso es evaluar si existen alergias, intolerancias o enfermedades atribuibles al estómago y los intestinos.
Si el perro presenta alguno de estos problemas, lo mejor será evitar la polenta y optar por una dieta industrial equilibrada, siguiendo siempre los consejos del veterinario.
Los perros pueden comer polenta como purga
La polenta en los perros no puede calificarse de purgante, pero ayuda a la digestión.
Si el perro no padece ningún trastorno digestivo en particular, aparte de un ligero estreñimiento, la polenta puede serle de gran ayuda.
Debe ser servida fría, jamás frita, y en pequeñas cantidades, la polenta puede ayudar al peristaltismo intestinal al limpiar el lumen de astillas de hueso y sedimentos intestinales.
La polenta es buena para su perro sólo cuando está bien dosificada
A la hora de elegir una dieta casera, el propietario debe prestar atención sobre todo a los alimentos nocivos para el perro, dosificando todos los demás de forma lógica, racional y con la supervisión del veterinario.
Decir que "los perros no pueden comer polenta" es erróneo, pero suele ser un tema de discusión en las consultas con especialistas en alimentación.