Un estudio publicado en el Society & Animals Journal desvela que los seres humanos muestran un mayor grado de empatía hacia los perros que hacia otros humanos adultos.
Y es que, sí, muchas personas afirman amar tanto a sus animales de familia que los tratan como a niños, llegando incluso a afirmar que prefieren a sus perros o gatos antes que a amigos y familiares.
¿Qué es el amor a los perros?
El amor hacia perros y gatos viene a dar respuesta a la búsqueda incansable del ser humano para encontrar ese amor incondicional y puro con el que todos soñamos.
Los animales nos aman sin importarles si estamos enfadados o tristes, si somos populares o solitarios, si somos altos o bajos, ricos o pobres…
Parece que las relaciones humanas no llegan a satisfacer ese bien tan preciado que es el amor incondicional. Y entonces lo encontramos en nuestros animales, ellos siempre están mostrándonos el mismo amor, meneando su cola o ronroneando en nuestro regazo sin pedir nada a cambio.
Por qué los queremos tanto
El amor a los perros y gatos nos toca lo más íntimo de nuestra alma, nos hacen sentirnos amados y necesitados y nos liberan de la soledad.
Y es que el amor a los perros y gatos puede cambiar incluso nuestra química cerebral fomentando la mayor producción de neurotransmisores relacionados con sensaciones de bienestar, placer y relajación.
Por qué queremos tanto a nuestros perros. Volvemos a hablar de empatía para dar respuesta al amor incondicional que sentimos los humanos por nuestros compañeros peludos.
Razones para querer a un perro
Existen numerosas razones para amar a un perro o aun gato, aunque podemos darle una explicación desde la evidencia científica.
Parece que, la exposición continuada a la violencia, muerte y desesperación que ofrecen los medios de comunicación, nos ha vuelto insensibles al sufrimiento ajeno, pero existen dos claras excepciones: tanto los niños como los animales son percibidos como seres inocentes a los que proteger de dolor e injusticias.
Así pues, el amor a nuestros perros y gatos responde a un deseo innato del ser humano de proteger y cuidar a los indefensos.
Un estudio publicado en The Journal Scientific Reports encontró una razón por la que estamos tan unidos a nuestros animales de familia: los perros muestran mayores expresiones faciales cuando sus humanos les prestan atención.
Se demostró que los perros levantan sus cejas e incluso agrandan los ojos cuando buscan la atención de una persona, lo que sugiere que sus expresiones faciales responden a los humanos, no solo a otros perros.
Encontramos aquí un punto de comunicación y unión interespecie único que nos hace estar más unidos a ellos.
¿Es posible querer a un perro más que a una persona?
Como se viene desvelando a lo largo del presente artículo, podemos encontrar que para muchas personas sea mucho más sencillo empatizar y conectar con los animales que con otros seres humanos.
Por lo que el sentimiento de amor y confianza que les despiertan sus animales de familia puede superar el que sienten por otros seres humanos incluso cercanos.
¿Es normal querer a un perro como si fuera una persona?
Desde luego sentir ese amor intenso por nuestros animales de familia es totalmente normal, su inocencia, su amor incondicional, su bondad hace que nos sea muy fácil amarlos profundamente generando fuertes vínculos y considerándolos como un miembro más en la familia.
Aunque siempre tendremos que tener en cuenta amarlo desde el respeto a su etología.
Querer a un perro como a un hijo: beneficios e inconvenientes
Muchos lectores podrán sorprenderse de la afirmación de algunos humanos que dicen amar a sus mascotas tanto como a sus hijos. Pues bien, la ciencia destapa lo que se esconde detrás de esta afirmación:
1. Segregamos oxitocina
Y es que el cerebro de los humanos segrega oxitocina, la hormona responsable de que amemos, seamos fieles, amables..., cuando tenemos contacto con nuestras mascotas. Se trata de la misma hormona que segregamos por el sentimiento de amor de pareja, amor a los hijos, etc.
2. No filtramos el amor
Nuestro cerebro no discrimina si el ser amado es humano o perruno, a nivel funcional se comporta de la misma manera si profesamos amor por nuestros hijos o por nuestras mascotas.
3. Generamos vínculos duraderos
Los humanos que compartimos nuestra vida con un perro segregamos mas oxitocina que aquellos que no lo hacen y, por tanto, generamos vínculos con nuestros animales de familia iguales al amor que podríamos sentir por cualquier otro ser querido.
4. Mejora la salud física y mental
Desde luego amar a nuestros perros y gatos tiene muchos beneficios: nos aportan bienestar, nos hacen más felices, mejoran nuestra salud física, nos ayudan a tener una mayor salud mental, nos hacen sentir seguros, nos entretienen...
Un inconveniente, su pérdida
Por supuesto este vínculo tan poderoso que se forja viene de la mano de las dificultades emocionales que vamos a sufrir ante la pérdida del animal de familia.
Viviremos un duelo difícil repleto de retos emocionales. Algunas personas incluso llegan a no querer volver a incluir a un animal de familia en sus vidas por lo doloroso de la pérdida.
Cómo amar a un perro de forma correcta
No obstante, no todas las personas saben como amar a un perro. Nuestra asignatura pendiente, como humanos, es aprender a amar a nuestros animales de familia respetando su etología.
Dedicar tiempo y formación a conocer la manera en que se comunica, aprender a hablar perruno o gatuno para saber decirle que le quieres desde el respeto, generar una complicidad mutua, educar desde la comprensión y el respeto y dedicar tiempo de calidad para jugar o pasear, son los pilares claves para desarrollar ese vínculo tan especial y fuerte que hará que la relación con tu perro o gato sea única.