En el perro, no como en el ser humano, el sentido más desarrollado es el olfato. Sus receptores olfativos multiplican por 40 a los nuestros, siendo así el sentido que más información les proporciona. Nos olfatean constantemente y en ocasiones se centran en olernos la barriga... ¿Por qué?
Mi perro me huele mucho
Nuestros perros son capaces de detectar hormonas con el olfato. Cuando nos olfatean:
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Detectan cambios en nuestro estado de ánimo: por ejemplo, si tenemos miedo o estrés, nuestro cuerpo producirá más cantidad de adrenalina (una hormona).
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Son capaces de detectar enfermedades (cáncer, diabetes…) o embarazos, ya que producen cambios hormonales en nuestro cuerpo.
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Pueden saber cuándo vamos a llegar a casa, nos pueden reconocer a kilómetros de distancia por nuestro olor.
¿Por qué mi perro me huele el ombligo?
El ombligo suele ser la zona que más olfatean. Se debe a que el ombligo es una comunicación más directa con nuestro interior. Si lo pensamos, es una zona en la que menos espesor tenemos en la barriga y este hecho less ayuda a que las hormonas lleguen de una manera más directa a sus fosas nasales.
¿Los perros olfatean la barriga de las embarazadas?
El embarazo supone un cambio hormonal en la mujer desde los primeros meses:
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Incluso antes de que una mujer sepa que está embarazada, un perro ya lo puede haber detectado.
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Se suelen apoyar más en la barriga y se vuelven más protectores con ella, además de seguirla a todas partes.
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Pueden detectar los momentos previos al parto.
¿Por qué los perros se huelen el ano y/o el hocico?
Lo más habitual en dos perros que se encuentran es que se empiecen a olisquear por todas partes para conocerse:
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En distintas zonas del cuerpo, como las glándulas anales, se fabrican feromonas. Son unas hormonas que dan información.
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Al verse, mueven la cola para esparcir estas feromonas y que sea más fácil para el otro perro percibirlas.
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Cada individuo fabrica unas hormonas diferentes, son una seña de identidad.
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Al frotar el ano o el hocico contra objetos o el suelo, están dejando un mensaje, una señal para otro perro. A esto se le llama “marcaje”.
Las fosas nasales
Reciben toda la información olfativa a través de las fosas nasales. Disfrutan de unas características especiales que hacen que aumente la superficie receptora para percibir mejor los olores:
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Dentro de la fosa nasal encontramos espirales de tejido óseo.
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Las espirales están recubiertas por tejido blando en forma de dedos que aumentan más aún la superficie.
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Si lo comparamos con nuestra nariz, en proporción, nos damos cuenta de que en los perros ocupa más parte en la cara respecto a los ojos, por ejemplo.
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Inhalan más cantidad de aire y, en consecuencia, más cantidad de olores.
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Algunas razas, como los sabuesos, tienen más capacidad olfativa que otras.
Olfateadores profesionales
A lo largo del tiempo, el ser humano ha sabido entrenar el olfato del perro en diferentes actividades profesionales. Os exponemos unos ejemplos:
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Salvamento de personas. Pueden seguir rastros en muchos kilómetros (rastreo de desaparecidos) y unos metros bajo tierra (búsqueda de personas en terremotos).
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Búsqueda de explosivos y drogas: se centran en un olor.
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Detectan enfermedades incluso en fases iniciales, como el cáncer, diabetes, epilepsia…
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En algunas enfermedades como la diabetes, perros adiestrados viven con el enfermo y avisan si por ejemplo sube el nivel de glucosa o azúcar o si baja, evitando así consecuencias mayores.
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Detección de terremotos o tormentas.