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perros humanizados

 Nuestros perros y gatos no son humanos y debemos construir las relaciones emocionales desde la comprensión y respeto

© shutterstock

¿Qué pasa si humanizamos a nuestros perros y gatos?

Por Vanessa Carral Portilla Técnico en Terapia Asistida con Animales | Educador canino | Psicóloga

Actualizado el

¿Alguna vez has escuchado eso de humanizar a los gatos? ¿Crees que tu perro está humanizado? La psicóloga Vanessa Carral nos habla de las consecuencias de todo esto.

En los últimos años somos testigos de la creación de nuevas estructuras y dinámicas familiares en las que los animales de familia van adquiriendo roles muy diversos. Así, desde la Psicología, la humanización de los animales está recibiendo mucha atención en las últimas décadas.

Qué significa antropomórfico

La humanización o antropomorfismo hace referencia a la asignación de características, motivaciones, intenciones y emociones similares a las humanas a entidades no humanas, esto va desde animales, fuerzas naturales, deidades, o incluso dispositivos electrónicos u objetos.

Esto puede manifestarse por ejemplo cuando un niño cree que su osito de peluche tiene sentimientos o cuando mantenemos conversaciones con nuestro animal de familia como si entendiera la conversación.

¿Qué es humanizar a nuestros animales de familia?

Podemos ver cómo el antropomorfismo puede ser inofensivo, ya que realmente no hay nada malo en contarle a tu perro o gato los eventos del día. Las consecuencias negativas vienen sobrevenidas cuando esta práctica se convierte en un apego ansioso, distorsionando el comportamiento natural de nuestros peludos.

Animales humanizados

Una cosa que tenemos que tener clara es que nuestros perros y gatos son perros y gatos y no humanos y debemos construir nuestras relaciones emocionales desde la comprensión y respeto de sus necesidades como especies aceptando sus rasgos instintivos naturales.

El intenso amor que sentimos por nuestros “bebés peludos” y nuestra necesidad de expresar ese afecto en ocasiones nos lleva a no respetar su esencia animal y trastocar sus necesidades etológicas.

Este chihuahua no ama las joyas, no se las impongas ©Shutterstock

¿Cómo humanizamos a nuestros animales de familia?

Es importante saber que desde el respeto a las necesidades de nuestros animales y el cariño que les procesamos, hay momentos que compartimos con ellos.

Estos fomentan un vínculo saludable entre humanos y perros y gatos, sin que supongan una humanización de los mismos.

 Que duerman dentro de nuestros hogares  acompañándonos en nuestro día a día como uno más de la familia, que se suban al sofá para estar más cómodos y compartir una sesión de mimos y caricias (con los beneficios derivados de la misma para su salud y la nuestra), que compartan con nosotros viajes, momentos de ocio en restaurantes, parques o terrazas,…

Frente a lo comentado anteriormente se detallan a continuación algunos ejemplos concretos de cómo los seres humanos humanizamos a nuestros perros y/o gatos que pueden conllevar consecuencias nocivas para ellos:

¿Cómo saber si tu perro o gato está humanizado?

  1. Tratarlos como niños.

  2. Vestirles con prendas y/o accesorios como joyas o zapatos que no tienen una utilidad clara más allá de que parezcan más humanos o estilosos.

  3. Sacarles a pasear en carritos o llevarlos en brazos o en bolsos sin que el animal padezca de algún impedimento para caminar por sí mismo.

  4. Someterlos a tratamientos estéticos como teñirles el pelo o pintarles las uñas.

  5. Utilizar productos diseñados exclusivamente para uso humano (medicamentos, comida, ropa…)

Perros y gatos humanizados

Actualmente somos testigos en las redes sociales que tanto perros como gatos son sometidos a modas que pueden perjudicar tanto su salud física como psicológica y emocional.

Está bien celebrar sus cumpleaños, pero sin pasarse ©Shutterstock

Consecuencias de la humanización

Veamos a continuación cómo este exceso de amor puede convertirse en un verdadero problema para nuestro animal de familia llegando incluso a convertirse en una forma de maltrato. Y es que es tan nocivo el déficit de amor como el exceso mal canalizado del mismo:

1. Problemas de comportamiento

Tratar a un animal como una persona puede generar cuadros de estrés severo que derive en problemas de comportamiento como: reactividad tanto con humanos como con otros animales, cambios en sus hábitos de higiene, orinando y defecando en lugares inapropiados, destructividad rompiendo objetos del hogar como zapatos, ropa, plantas, cortinas, …, desarrollo de estereotipias: perseguir su cola, lamerse compulsivamente las patas, ladrando constantemente,

2. Trastornos alimenticios

El diseño de dietas mas cercanas a la alimentación humana puede ocasionar obesidad tanto en perros como en gatos y, por supuesto, derivar en deficiencias nutricionales con repercusiones graves.

3. Problemas de salud

Dar un medicamento prescrito para humanos a nuestros peludos pueden acarrear problemas de salud grave o incluso la muerte, ya que muchos medicamentos humanos son tóxicos para nuestros animales.

Otra conducta de humanización que puede derivar en problemas de salud grave es utilizar productos de higiene humanos para nuestras mascotas y que no estén adaptados a su PH cutáneo.

Cómo deben ser tratados los animales

Una relación de amor verdadero debe partir por el respeto y comprensión de la naturaleza y etología de nuestros animales de familia. Como consejos generales podríamos seguir las siguientes líneas de acción para favorecer una relación saludable con nuestros peludos:

Prueba de realidad

El primer paso es darnos cuenta que nuestros animales de familia no son humanos, y esto no implica menos amor si no que tenemos que adaptar nuestras formas de dar cariño a las necesidades de nuestro perro o gato desde el respeto

Aceptación

Cuando aceptamos la naturaleza de nuestros animales de familia les damos la libertad de ser quienes son, de hacer cosas de perro o de gato… Dedicar tiempo a conocer sus gustos y sus características para poder disfrutar de actividades que le hagan ser feliz es la clave para favorecer una relación basada en la felicidad mutua.

Equilibrio

Buscar equilibrio entre situaciones en las que el animal de familia tenga que adaptarse a experiencias humanas, con situaciones en las que se le permita ser quien es como perro o gato, favorecerá una relación retroalimentada.

Conclusión: comparte tu vida con un perro y gato, pero no lo humanices

Al final compartir la vida con un animal es una vivencia excepcional y maravillosa. Por qué restarle significación intentando hacerles ser quienes no son. La belleza está en aprender a vivir en armonía con nuestros animales de familia sin intentar cambiarlos, desde el respeto y la comprensión.

Humanizar no es amar más, AMAR es aceptar a tu animal de familia como el maravilloso perro o gato que es.

La polémica sobre vestir y/o disfrazar a los animales gira en torno a cuestiones éticas y de bienestar animal. Mientras que algunos propietarios consideran que vestir a sus animales es una expresión de creatividad y cariño, otros argumentan que puede causarles incomodidad, estrés e incluso afectar su salud. En Wamiz damos la prioridad al bienestar de los animales y advertimos que cualquier atuendo debe ser cómodo, seguro y apropiado para su especie.

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